El título de este libro — y el adjetivo — coincide tanto con el gato como con el libro de esta foto, pero me centraré en el último, escrito por Glennon Doyle (Urano Testimonios). El pasado mes de noviembre había quedado con una amiga y, poniéndonos al día, Indomable surgió durante la conversación. Las dos lo habíamos leído a finales de verano y como la edición en castellano todavía no había salido (Urano Testimonios publicó la edición española en mayo este año), nos encantó poder intercambiar opiniones con alguien que lo había leído. Ella, de origen inglés, también se había dado prisa para adquirir la edición original — ¡y también había subrayado varios pasajes! Las dos coincidimos, además, en animar a todo el mundo, especialmente a mujeres, a leerlo; no como (otro) libro de respuestas fáciles o como modelo a seguir, sino como inspiración, como una especie de charla de motivación.
Delicadeza con temas duros
La primera vez que oí hablar de este libro —y su autora— fue escuchando el podcast de goop, como tengo costumbre de hacer mientras cocino, en marzo 2020, más concretamente el episodio ‘When You Quit Being Good’ (Cuando Dejas de Ser Buena). En este episodio, Doyle es invitado para una entrevista con la brillante Elise Loehnen (¡cuánto echo de menos sus entrevistas!) y de allí sale una conversación en profundidad muy cautivadora. La edición en inglés (Untamed) salió a la venta la semana siguiente y reservé mi ejemplar inmediatamente después de escuchar el podcast. ¡La energía y la positividad eran tan contagiosas que se percibían incluso desde el otro lado del Atlántico!
Indomable es la valiente historia sobre el viaje personal y la autocuración de Doyle, en la que es totalmente sincera sobre sus defectos y los aspectos menos halagadores de su persona. Es todo un logro saber tratar temas tan importantes —y delicados— (educación, adicciones, racismo, matrimonio, trastornos alimenticios, salud mental, religión, roles de género…) con una gran dosis de autocrítica y empatía, poniendo la énfasis en la fuerza, el coraje y el respeto — hacia los demás, pero principalmente hacia uno mismo.
Doyle rompe con la creencia, profundamente arraigada, de que el sentido, el deber, de su vida es sacrificarse a sí misma por sus hijos y opta por vivir plenamente y convertirse en un ejemplo, un modelo a seguir para ellos. Estructuras familiares más bien ortodoxas empiezan a borrarse y nuevas constelaciones —más flexibles, más tolerantes— emergen en su lugar. Fachadas se derriban ante la prioridad de abarcar la personalidad y las necesidades de cada miembro de la familia.
Una cheerleader literaria
Hay partes del libro que te conmueven profundamente, otras (en mi caso) pueden parecer estar demasiado cerca de convertirse en autoindulgentes con sus anécdotas y diálogos excesivamente bien compuestos e incluso pulidos; ¡Doyle es una narradora tan cautivadora! Casi puedes percibir su entusiasmo, filtrándose a través del texto como si ella misma se dejara llevar por la narración y deseara estar presente, comprobar si ha logrado captar tu interés o no. ¡No puedo evitar visualizar un pequeño avatar de Doyle saltando entre las líneas del texto como una sobreexcitada cheerleader literaria!
En una historia autobiográfica el grado de compromiso, de implicación, del autor es vital, pero para no provocar una fisura en la conexión empática con el lector, el estilo no debe apreciarse como demasiado editado ni perfecto. El lenguaje pulido y la madurez que expresan los hijos de Doyle pueden probablemente deberse, hasta cierto punto, a diferencias culturales entre los Estados Unidos y Europa; sospecho que los lectores estadounidenses no levantan las cejas ante el enmarcado de ciertas partes del texto, principalmente diálogos y citas, aunque claro está, esto no deja de ser una observación personal.
El lenguaje, el tono y la jerga utilizados en el libro constituyen un auténtico desafío para el traductor. Lo que suena íntimo y familiar en inglés (la versión americana) fácilmente puede percibirse como superficial y despreocupado cuando es traducido literalmente y es importante que se consiga transmitir también la profundidad del mensaje al lector.
Despreocupada o no, la autora es la prueba viviente del hecho de que siempre es posible tomar decisiones que cambian las reglas del juego y luego vivir de acuerdo con ellas, no importa el tamaño de los obstáculos. Y cuando se trata de la más espesa oscuridad…. ella se vio sumergida del todo y logró emerger de ella, un hecho que agrega una importante autenticidad a su historia.
Podemos hacer cosas difíciles
Muchos de los desafíos que afrontamos en la sociedad actual están cubiertos en este libro — y muy bien tratados, con muchos ejemplos y explicaciones ilustrativos. Esto convierte a Indomable en un recordatorio ideal de la importancia de pulsar el botón de pausa, de reflexionar sobre nuestros roles y patrones sociales —y familiares— y de qué manera los transmitimos a nuestros hijos.
Datos curiosos sobre Indomable
- Elizabeth Gilbert, autora bestseller y amiga de Doyle, dio su opinión de una versión temprana del manuscrito de Indomable y sugirió un cambio de tono en la voz narrativa para así conseguir una conexión más íntima con el lector.
- Las primeras líneas del libro son difícilmente superables: »Hace cuatro años, casada con el padre de mis tres hijos, me enamoré de una mujer.» (¿Quién no quiere seguir leyendo después de una apertura así?)
- La autora está actualmente casada con la (retirada) estrella de fútbol americana Abby Wambach.
- Glennon Doyle ha recaudado más de 25 millones de dólares para familias, mujeres y niños en crisis a través de su fundación Together Rising.
- Indomable fue elegida por Reese Witherspoon para su club de lectura Hello Sunshine.
- Indomable es la tercera autobiografía de Glennon Doyle y solo tiene 45 años…
- La autora también tiene su propio podcast (‘We Can Do Hard Things’ | Podemos hacer cosas difíciles) y ha conseguido un récord de seguidores en muy poco tiempo.
- La cantante Adele ha asegurado que Indomable la ayudó en un momento crítico de su vida: “Estoy más que lista para mí misma tras leer este libro. Es como si hubiese viajado al interior de mi cuerpo por primera vez.”
La vida es dura; los amigos deben ser lugares seguros el uno para el otro.
Glennon Doyle